Que saber sobre el alcohol y el daño cerebral

El alcohol comienza a afectar el cerebro de una persona tan pronto como ingresa al torrente sanguíneo. En una persona sana, el hígado filtra rápidamente el alcohol, ayudando al cuerpo a deshacerse de la droga. Sin embargo, cuando una persona bebe en exceso, el hígado no puede filtrar el alcohol lo suficientemente rápido y esto provoca cambios inmediatos en el cerebro.

Con el tiempo, el consumo excesivo de alcohol puede dañar tanto el cerebro como el hígado, causando daños duraderos.

El consumo excesivo de alcohol puede tener efectos duraderos en los neurotransmisores en el cerebro, disminuyendo su efectividad o incluso imitándolos. El alcohol también destruye las células cerebrales y contrae el tejido cerebral. Algunas personas con antecedentes de consumo excesivo de alcohol desarrollan deficiencias nutricionales que dañan aún más la función cerebral.

Los síntomas precisos del daño cerebral relacionado con el alcohol dependen de la salud general de una persona, cuánto beben y qué tan bien funciona su hígado, entre otros factores.

Efectos a corto plazo

Tan pronto como el alcohol ingresa al torrente sanguíneo, cambia la forma en que funciona el cerebro. El consumo moderado de alcohol puede causar los siguientes efectos temporales:

  • pérdida de inhibición
  • disminución de las habilidades de planificación y organización
  • cambios de humor y concentración
  • dificultad para formar nuevos recuerdos
  • somnolencia
  • estado de ánimo deprimido
  • cambios en los niveles de energía
  • pérdida de memoria
  • falta de criterio
  • control motor reducido, incluyendo reflejos retardados que pueden hacer que conducir sea peligroso.

Las personas con síntomas graves de intoxicación o síntomas que duran muchas horas corren el riesgo de intoxicación por alcohol.

El etanol en el alcohol actúa como un veneno. Cuando el hígado no puede filtrar este veneno lo suficientemente rápido, una persona puede desarrollar signos de intoxicación por alcohol o sobredosis de alcohol. Una sobredosis de alcohol afecta la capacidad del cerebro para mantener las funciones básicas de la vida.

Los síntomas incluyen:

  • vómitos
  • convulsiones
  • frecuencia cardíaca lenta
  • dificultad para mantenerse despierto
  • desmayo
  • baja temperatura corporal
  • bajo reflejo nauseoso, que puede aumentar el riesgo de asfixia si una persona vomita
  • piel fría y húmeda

Una sobredosis de alcohol no tratada puede ser fatal. Las sobredosis severas de alcohol pueden causar daño cerebral permanente incluso si la persona sobrevive.

Cuanto mayor es la concentración de alcohol en la sangre de una persona, mayor es su riesgo de sobredosis de alcohol. El consumo excesivo de bebidas con alto contenido de alcohol tiene más probabilidades de causar intoxicación por alcohol. Las personas que tienen cuerpos más pequeños, beben alcohol con menos frecuencia o tienen antecedentes de enfermedad hepática también son más vulnerables a la intoxicación por alcohol.

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